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25.06.2017 15:40

El cuento en Latinoamérica

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Doctorados en Filología Latinoamericana por la Universidad de Costa Rica, Catalina Castro, Emma Alvarado y Carlos Álvarez analizan, en esta obra, el folclore de Latinoamérica a través de cuentos populares de Carlos Salazar, Jorge Luis Borges e Isabel Allende.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Catalina Castro

Emma Alvarado

Carlos Álvarez

 

El cuento en Latinoamérica

 

Análisis de

La sequía, de Carlos Salazar Herrera,

La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges, y Clarisa, de Isabel Allende

 

 


Catalina Castro, Emma Alvarado y Carlos Álvarez

 

El cuento en Latinoamérica

 

La sequía, de Carlos Salazar Herrera

La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges

Clarisa, de Isabel Allende


 


Catalina Castro, Emma Alvarado y Carlos Álvarez

 

El cuento en Latinoamérica

 

La sequía, de Carlos Salazar Herrera

La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges

Clarisa, de Isabel Allende

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Editorial Universidad de Costa Rica

Impreso en San José, Costa Rica

Mayo de 2017


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Título: El cuento en Latinoamérica: La sequía, de Carlos Salazar Herrera. La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges. Clarisa, de Isabel Allende

 

Primera edición: mayo de 2017

© 2017 de los autores

Editorial Universidad de Costa Rica

Sede Rodrigo Facio Brenes, Montes de Oca

2060 San José, Costa Rica

Apartado: 11501-2060

Email: consultas.odi@ucr.ac.cr

Central telefónica: (506)2511-5310 

Fax: (506)2511-5257

 

Depósito legal: B. 9631-2017

ISBN 978-9968-46-475-8

Impreso en San José, Costa Rica, en Talleres Gráficos Universidad

 

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin para ello contar con la autorización previa, expresa y por escrito de los autores. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor. Todos los derechos reservados conforme a la ley.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A Nicolás Obiols


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

«La gente no lee lo que no le interesa, y si le interesa es que ya tiene madurez para hacerlo».

 

Isabel Allende, La casa de los espíritus.

 

Introducción

 

El cuento oral es tan antiguo como la humanidad, no así el cuento literario, que es de procedencia oriental.
El vocablo 'cuento' proviene de 'contar', lo que se dice a viva voz. De aquí se deriva el cuento popular, que es anónimo, extenso, con numerosos personajes, tramas complejas, efectos múltiples y, sobre todo, desenlaces inesperados.

Los cuentos La sequía, La casa de Asterión, y Clarisa son representativos de la literatura latinoamericana. Fueron escritos, respectivamente, por un costarricense, un argentino, y una chilena. En este trabajo, se analizará la trayectoria de dichos autores, así como también la estructura de los cuentos mencionados.

 

Características del Cuento Literario

 

Ø  Narrativo.

Ø  Ficción, en todo o en parte, aunque puede basarse en hechos reales e incluso formar parte de la experiencia del autor.

Ø  Creación de un escritor, quien lo hace llegar al lector por medio del narrador.

Ø  Breve.

Ø  Tiende a producir un solo efecto en el lector. El autor se interesa por un tema principal y no desarrolla los temas secundarios que la narración pueda sugerir.

Ø  Transcurre en un mundo de ambientes, épocas y personajes ficticios, lo cual justifica la necesidad de emplear distintas formas de expresión.

Ø  El narrador cierra el desarrollo de su tema central mediante un desenlace oportuno, el cual puede resultar esperado o inesperado.

Ø  No es una simple sucesión de anécdotas, sino una síntesis entre invención narrativa y de estilo.

 

Los tres estratos de la estructura del cuento literario

 

Ø  Del mundo narrado. Es donde tienen lugar los hechos y de donde se deprende el tema central.

Ø  Del contenido. Es donde se configura una imagen novedosa de la realidad, ficticia, expresada en el mundo narrado.

Ø  De la expresión. Es donde, gracias a la expresión lingüística, el mundo narrado adquiere significado y vida propia.


El cuento y el realismo en Costa Rica: Carlos Salazar Herrera

 

La literatura costarricense nace con el realismo entre los últimos años del siglo XIX y principios del XX. Las características básicas de este género son:

 

Ø  Expresa las primeras denuncias sociales.

Ø  Copia fielmente la realidad.

Ø  Comienza a dar relevancia a los personajes de clase media alta.

Ø  Censuran los vicios de la época.

Ø  De lenguaje popular.

Ø  Busca objetividad a través de descripciones detalladas.

 

Costa Rica, por tratarse de un país pequeño, ha logrado una madurez que le permite expresar acontecimientos y emociones. Desde sus comienzos, a finales del siglo XIX, la crónica, las costumbres y el cuento han adquirido importancia. Se distinguen nombres como Carlos Gagini, Manuel González Zeledón y Ricardo Fernández Guardia, que, por esa época, empiezan a construir los pilares de la literatura. Además de ellos, considerados pioneros, se destacan Fabián Dobles, con Historias de Tata Mundo, y Jorge Montero Carvajal, con Alpairo. En el campo de las narraciones infantiles, sobresalen María Isabel Carvajal (alias Carmen Lyra) con Cuentos de mi tía Panchita, Carlos Luis Sáenz y Lilia Ramos. Carlos Salazar Herrera es considerado uno de los más destacados en dicha modalidad.

Nace en San José, el 6 de setiembre de 1906. Allí realiza sus estudios de enseñanza media y básica. A los catorce años obtiene su primer galardón, por su ensayo El café. Desde su adolescencia, muestra aptitudes para la literatura y el dibujo. En 1928, participa en un concurso donde presenta su tesis por la renovación artística costarricense y, ese mismo año, gana un accésit por su relato La piedra de Toxil, en un certamen literario organizado por Editorial Costa Rica. Se inclina por el dibujo, asignatura que imparte en la Universidad de Costa Rica desde 1942. En 1958, es nombrado vicedecano de la facultad en la que imparte clases, cargo que desempeña por dos años. En 1930, comienza a trabajar para Repertorio Americano, donde publica más de veinte cuentos cortos. Hacia 1934, empieza a grabar cedros, caobas, y otras maderas. En 1935, obtiene la medalla de plata en la Exposición de arte centroamericano por su escultura Motivo.

Publica algunos cuentos en Repertorio Americano. Escribe, en 1947, Cuentos de angustias y paisajes, ilustrado con imágenes de grabados de madera realizados por él mismo.

Es nombrado director de Radio Universidad de Costa Rica en 1949. En 1961, obtiene un premio por su cuento El raudal, en Quetzaltenango, Guatemala. En 1965, se le otorga el Premio Nacional de Cultura Magón. En 1975, publica Tres cuentos, donde cambia el estilo de sus relatos. Muere, en 1980, en la ciudad que lo vio nacer.

Su literatura refleja la gente, el paisaje y los acontecimientos costarricenses, y su sensibilidad transmite universalidad. Su obra se considera realista; refleja paisajes, pueblos y lenguas de diferentes regiones de Costa Rica. La materialización da como producto figuras como la metáfora, con fondo impresionista. Las emociones  fluyen.

El paisaje domina sus escritos. En La trenza, se describen las ciudades del Valle Central al anochecer, vistas desde arriba como «estrellas caídas del cielo». En El Temporal, las regiones como el Cerro de la Muerte o Santa María de Dota se describen a través del frío y la recia vegetación, así como las llanuras, mediante la selva sofocante: «había puesto su rancho en un claro de la selva». En El Estero, hay escenas de Puntarenas: «algo lejos, sobre una panga volcada bajo un almendro, (…) descascaraba unos palos de mangle sobre una horqueta».

Las características realistas de los cuentos de Salazar, el sentir y el habla rural costarricense se reflejan en los diálogos campesinos. No obstante, el escritor no solo evita la aglomeración de términos regionales y la exageración fonética, sino que reproduce con exactitud la prosodia y la sintaxis empleada por el campesino. Un ejemplo de  ello se encuentra en La Calera: «Bueno Eliseo, ¿qué vamos hacer? Voy ir haciendo viaje, pues».

Los Cuentos de angustias y paisajes son pequeñas escenas de la realidad costarricense cotidiana. Los asuntos planteados resultan insignificantes y se desarrollan con cierta indiferencia, aunque de manera artística. Su objetivo es mostrar el dolor y las vicisitudes que experimenta el ser humano. Lo cotidiano, lo que conmueve por su pequeñez, es la base del argumento de la mayoría de los cuentos de Salazar.

El autor siempre demuestra un especial empeño en destruir, con ironía, el misterio de lo sobrenatural. Algunos cuentos que pueden servir de ejemplo son La bruja y Una noche.

El narrador es testigo del relato que el personaje le refiere desde sus propias circunstancias: «Es una forma de introducir en escena, con gesto cordial, a hombres y paisajes, mediante la ficción de lo realmente vivido»[1]. Si se analiza la prosa utilizada por el narrador, se descubre  la labor poética que caracteriza al autor. Describe apelando a la sorpresa, a los símbolos, y mezcla el alma con el paisaje desde una sensibilidad artística. Se considera que la obra de Salazar resulta tanto poética como narrativa «por todos esos procedimientos (poéticos, expresivos, singularizadores) y formas que “colorean” sus cuentos, hasta tal punto de que algunas de sus narraciones se acercan mucho a lo que se ha llamado “poema en prosa”, aunque el valor argumental de la mayoría de ellas los sitúan justamente entre lo que se considera cuento»”[2].

Los personajes de Salazar son pasivos y débiles. Se impresionan con facilidad por el mundo exterior. Personifican el binomio que conforma el título de la obra ('angustias', que es una parte negativa de la vida, y 'paisajes', que definen el destino de los personajes). El camino y El temporal expresan dos ejemplos impresionistas de la derrota del hombre ante la naturaleza, ya que el paisaje decide la suerte de los personajes, quienes se rinden ante el entorno y se entregan, resignados, a la indiferencia del paisaje.

Aunque en la mayoría de los relatos predomina lo negativo, El puente, La ventana, y El novillo son cuentos con final positivo, aunque exista angustia como parte del fondo. Cuentos de angustias y paisajes está dominado, como el título indica, por la angustia.


La sequía

 

La sequía encierra la historia de una pareja india que sufre una sequía. No llueve y la india trata, en vano, de hablar con su compañero, un indio completamente taciturno que se limita a estar sentado tocando la ocarina. Luego, la india huye del rancho. Compara su relación de pareja con la de una de manigordos del bosque, la cual había observado tiempo antes y, escribió el autor, «[solamente] la india vio que el indio no era así»[3].

La india vuelve al rancho para contarle a su compañero, el cual, durante su ausencia, no se había inmutado, que está esperando un hijo suyo. El indio se alegra y quiere abrazarla y reír, pero no puede moverse. La india vuelve a huir. El indio la quiere llamar, pero no puede gritar ni levantarse. Finalmente, viendo «la figura de la india huyendo del silencio», echa a llorar.

El tiempo en esta narración es cronológico, aunque la angustia del indio, quien contempla la posibilidad y después tiene la certeza de que su mujer no regresará, da indicios de un tiempo psicológico.

 

Estructura y personajes

 

El escenario en este relato se caracteriza por ser una selva en estado de sequía completa: «cayeron las hojas de los árboles grandes. La tierra y el sol se bebieron el río. Hojas, hojas, hojas. Amarillas las hojas que no pudieron sostenerse más. Hojas secas en todos los rincones de la selva. Secos los bañaderos de los chanchos y el sexo de las flores. Sin agua los bejucos de agua y la costadura de los arroyos. Secas las narices de los animales… Un corazón y secándose otro».[4]

En cuanto a los personajes, el indio es el principal. Salazar lo caracteriza como un vegetal seco sin vida, cuyas raíces se sumen en la tierra seca, en la desgracia. Lo compara con un elemento adicional al paisaje grotesco de sequía total en la selva. Representa la pasividad y el silencio.

La india, el personaje secundario, es el contraste entre la sequedad de la montaña y la esperanza, pues lleva a un bebé en su vientre.

 

Estructura interna

 

Ø  Introducción

Se presenta y se describe la sequedad del indio y sus toscas conexiones con el mundo que lo rodea. Al introducir a la india, se da un contraste entre esta y la sequía.

Ø  Desarrollo

La india se acerca a su compañero, pero él la ignora. La mujer huye. Se compara la senda que recorre la india con la vida y se describen las razones por las cuales deja a  su compañero.

Ø  Conclusión

Al final, encontramos a la india arrepentida de huir y volviendo a su compañero para informarle de su embarazo, pero, como el indio no expresa su emoción, la india vuelve a marcharse. Se compara su partida con las ganas de vivir del indio, que también lo abandonan.

 

Se cumplen todas las características fundamentales del género literario. Hay pocos personajes, solo la india y el indio, es corto y se usan metáforas para describir en detalle, como la de la escultura que representa al indio. Además, relata una situación posible.

 

Temas abarcados

 

La comunicación en una pareja es fundamental. El indio no responde, no le habla a su compañera, aun sabiendo que ella espera un hijo suyo. Ella huye de la indiferencia y el silencio porque piensa que él ya no la quiere y porque no desea que su hijo experimente el rechazo por parte de su padre. Esta situación describe a las parejas que deciden separarse por falta de comunicación.


Jorge Luis Borges

 

Escritor argentino, hijo de Jorge Guillermo Borges y Leonor Acevedo, nace en la ciudad de Buenos Aires el 23 de agosto de 1899, en la casa familiar de la calle Tucumán.

En 1901, su familia se muda a una casa más amplia, ubicada en Palermo.

En 1906, Borges comienza su a estudiar inglés, guiado por una institutriz británica, Miss Tink. Tres años después lo envían a la escuela primaria por primera vez, al cuarto grado, aunque su padre desconfiara de la educación pública. En la escuela es blanco de burlas por sus gafas, el cuello de sus camisas y sus corbatas estilo Eton.

En 1914, su padre se jubila y la familia viaja a Europa para establecerse en Ginebra, donde Jorge Luis Borges cursa tres años de bachillerato en el Lycée Jean Calvin. Estudia francés y alemán, lo cual le permite ampliar sus lecturas.

En 1919, después del fallecimiento de su abuela materna se mudan a Italia. Luego a España, donde se incorpora al movimiento ultraísta, el cual luego encabezaría en Argentina.

En 1921, regresa a Buenos Aires, donde publica sus primeros libros (hay un recuento de todas sus obras al final de esta biografía) y colabora con revistas literarias y periódicos.

En 1937, consigue un empleo en la Biblioteca Municipal Miguel Cané, catalogando libros. En su tiempo libre, escribe sus primeros cuentos.

En 1938 muere su padre, de un ataque de hemiplejía.

En 1946, tiene que renunciar a su empleo en la biblioteca al subir al poder Juan Domingo Perón y, para procurar su sustento, da conferencias en Buenos Aires y Uruguay.

En 1955, después del derrocamiento de Perón, es nombrado director de la Biblioteca Nacional y miembro de la Academia Argentina de Letras.

En 1956, recibe el Premio Nacional de Literatura y un doctorado Honoris Causa de la Universidad de Cuyo. Desde entonces, los oftalmólogos le prohíben la lectura y son sus amigos y su madre quienes vuelcan en papel lo que un ciego Borges les dicta.

En 1961, recibe del Congreso Internacional de Editores el Premio Fomentor, el cual comparte con Samuel Beckett. Es este reconocimiento el que lo promociona internacionalmente para que, en 1963, vaya a Europa por tercera vez y dé conferencias en Escocia, Inglaterra, Francia, Suiza y España. En 1964, la editorial L´Herne de París publica su obra con críticas de diferentes continentes.

En1967, se casa con Elsa Astete Millán, quien lo acompaña cuando va a impartir un curso en la Universidad de Harvard, pero de quien se separa tres años después.

En 1975, fallece su madre, a los noventa y nueve años.

Siempre lo acompaña María Kodama, con quien se casa poco antes de morir. Fallece en Ginebra, el 14 de junio de 1986. Sus restos descansan en el cementerio de Pleinpalais.

 

Premios y galardones importantes

 

Ø  Varios doctorados Honoris Causa.

Ø  Premio Cervantes (1979).

Ø  La Orden de Bernardo O´Higgins (Chile).

Ø  Las llaves de la ciudad de Bogotá.

Ø  La Orden del Mérito (Alemania).

Ø  La Cruz del Halcón (Islandia).

 

Características de su obra

 

Búsqueda conceptual, comunicada con una gran riqueza verbal. Lo intelectual juega un papel muy importante, al igual que la imaginación. Rinde culto a la razón y a la sinrazón, pues le interesa mucho la parte psicológica de los personajes. Para sus escritos tomó como modelo a Cervantes.


Sus Obras

 

Año

Obra

1921

Funda las revistas Prisma y Proa

1923

Fervor de Buenos Aires (poesía)

1925

Luna de enfrente (poesía)

Inquisiciones (libro de ensayos)

1927

El tamaño de mi esperanza (libro de ensayos)

1928

El idioma de los argentinos (libro de ensayos)

1929

Cuaderno de San Martín (poesía)

1930

Biografía de Evaristo Carriego

1931

Funda la revista Sur, con Victoria Ocampo, donde publica reseñas bibliográficas, críticas cinematográficas, ensayos, poemas y cuentos.

1932

Discusión (libro de ensayos)

1933-34

Dirige con Ulises Petit la Revista multicolor de los sábados

1935

Historia Universal de la Infamia

1936

Colabora en El hogar con reseñas bibliográficas, biografías de escritores y ensayos

1938

Pierre Menard, autor del Quijote(cuento)

1940

Antología de la literatura fantástica (con Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo)

1941

El jardín de los senderos que se bifurcan

1942

Seis problemas para don Isidro Parodi (con Bioy Casares)

1944

Ficciones

1949

El Aleph

1952

Otras inquisiciones

1957

Manual de zoología fantástica

Década de los 70

El oro de los tigres (poesía)

La rosa profunda (poesía)

La moneda de hierro (poesía)

Historia de la noche (poesía)

El informe de Brodie (cuento)

El libro de arena (cuento)

¿Qué es el budismo? (tomo de colaboración)

Nuevos cuentos de Bustos Domecq (tomo de colaboración)

Breve antología anglosajona (tomo de colaboración)

1974

Obras Completas (recopilación de sus obras)

1985

Los conjurados (poemas)

 


La casa de Asterión

 

La casa de Asterión es un cuento fantástico vanguardista que está dentro de la obra El Aleph[5]. Es existencialista, es decir, no se trata sobre la esencia del hombre, sino sobre su existencia.

La casa de Asterión no toca ningún tema político ni social, sino que hace referencia a la mitología griega, específicamente al mito del Minotauro, según el cual, el rey de Creta, Minos, pidió a Poseidón que hiciera surgir del mar un toro para así demostrar a sus hermanos su poder y luego sacrificarlo en señal de adoración. Poseidón lo hizo, sin embrago, Minos no cumplió su parte del trato y conservó el toro. Poseidón, ofendido, hizo que la esposa de Minos se enamorara locamente del toro y, de ese amor, nació un ser de cabeza de toro y cuerpo de hombre al que llamaron Asterión. Por orden de Minos, Dédalo construyó un laberinto para encerrarlo, cuya salida solo él conocía y, cada nueve años, le daban siete hombres y siete doncellas como sacrificio.

Con este mito, Borges se convierte en un narrador protagonista-omnisciente y nos enseña la psicología del Minotauro, su encierro en el laberinto, su soledad y los mundos que crea en su imaginación y que no se corresponden con la realidad. Además, mata a quienes entran en el laberinto porque cree que así los libera de sus males. Piensa que la muerte es una liberación y, desde que le profesan que tendrá un redentor, Teseo, espera su llegada. Teseo lo mata sin que el Minotauro oponga resistencia porque ve, en su muerte, su liberación y, en Teseo, su libertador.

 

Estructura

 

En primer lugar, el lenguaje empleado es fantástico y está relacionado con la mitología griega, por lo tanto, es muy simbólico. Cada palabra está relacionada con el destino del hombre, como por ejemplo, el laberinto representa los sueños o ideales del hombre; algunas veces, se sale triunfante, pero, otras veces, uno se enreda en cosas mundanas y la única salvación parece ser la muerte.

En segundo lugar, hay una contradicción evidente entre lo que el Minotauro imagina y la realidad. Los pares disyuntivos que se desarrollan son:

Ø  Misantropía - filantropía

El Minotauro afirma que las ideas que se tienen sobre él son erróneas, ya que no solo no odia a los humanos, sino que dice que su casa está abierta a todo hombre o bestia que quiera visitarla. No obstante, la contradicción radica en el hecho de que, cada nueve años, mata a quienes entran en su casa: «La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos».

Ø  Libertad - encarcelamiento

Para el Minotauro, el laberinto no es una cárcel, sino su casa, de la cual puede salir cuando quiera y, por lo tanto, se siente libre: «¿repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle».

Sin embargo, si solo Dédalo conoce la salida del laberinto, el Minotauro sí es prisionero, aunque lo niegue.

Ø  Saber - ignorancia

El Minotauro tiene un saber sobre cosas grandes, ya que aplica teorías pitagóricas en sus razonamientos: «no hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [infinitos] los pesebres, abrevaderos».

Por lo contrario, su ignorancia se demuestra debido a que no sabe leer, no sabe quien creó las dos cosas que parecen estar solo una vez y su poco saber lo lleva a tener la idea de que pudo haber sido él quien las creo, aunque no se acuerde, otorgándose a sí mismo el lugar de Dios. Además, ignora quién será su redentor: «¿cómo será mi redentor?, me pregunto».

Ø  Vida - muerte

Asterión considera que la muerte es la entrada a una nueva vida, donde uno se libera de todos sus males. Por eso mata a quienes entran al laberinto, para, según él, liberarlos matándolos.

 

Personajes

 

Ø  Minotauro: hombre con cara de toro. No odia a los hombres. El laberinto no es su prisión, sino su casa, de la cual tiene libertad de salir, pero el pueblo le infunde miedo. No sabe leer. Usa la imaginación para crear su propio mundo. Llega a considerarse un dios. Cree que  la muerte es una liberación para los humanos.

Ø  Teseo: redentor del Minotauro. Según la mitología, es el héroe de Ática. Es el hijo de Geo y de Etra. Minos lo encierra en el laberinto junto con sus compañeros.

Ø  Ariadna: hija del rey. Se enamora de Teseo, al cual le entrega un ovillo cuyo hilo lo llevaría a la salida del laberinto. Sin embargo, cuando Teseo sale del laberinto, se la lleva a Naxus y la abandona.

 

Características del cuento

 

Ø  Breve.

Ø  Pocos personajes: Teseo, el Minotauro y Ariadna, la cual se menciona, pero no aparece: «¿Lo creerás, Ariadna? dijo Teseo. El Minotauro apenas se defendió».

Ø  Desarrolla un solo conflicto. El laberinto representa la vida humana, y en él se forjan los sueños y se debe saber convivir para evitar la soledad, de la que, en algunos casos, la única salida es la muerte.

Ø  Escrita en prosa: «El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre puede transmitir a otros hombres».

Ø  Carácter narrativo.

Ø  Descripción detallada. Se profundiza en la psicología del Minotauro y en sus sentimientos.

 

Temáticas

 

Ø  El laberinto es el destino del hombre. El ser humano hace el mundo, con sus ideales, por los cuales lucha día a día, creando así su propio laberinto, del cual le es difícil salir aunque exista salida, debido a que se sumerge en la violencia, la pobreza, la vanidad, lo material, sin importarle el prójimo.

Ø  La casa es el mundo. Muchas veces, buscamos quietud, tranquilidad, y eso implica, en algunas ocasiones, un poco de soledad. Sin embargo, no debemos caer en cambios drásticos, los cuales, después de atravesar un laberinto de destrucción, nos causarán la muerte.

Ø  El Minotauro es el hombre condenado al sistema de vida que impone la sociedad, a menos que cambie y se libere. También el Minotauro, como el hombre en los momentos difíciles o de soledad, ve en la muerte la solución. El mito del Minotauro ha sido introducido en el cuento para señalar que las cosas no son como se ven a simple vista.


Isabel Allende

 

Escritora Chilena que ha logrado escalar las listas de libros y ha llegado a colocarse, con todos sus libros, en los lugares más altos de las ventas mundiales.

Nacida en Lima, en 1942, y nacionalizada chilena por ascendencia, es «hija de un primo del expresidente socialista chileno Salvador Allende, a cuya muerte durante el golpe militar del 11 de setiembre de 1973 en Santiago debió emprender rumbo hacia exilio, Isabel confiesa haber sacado ideas para sus libros en diversas estadías en Turquía, Bolivia o el Líbano»[6] Esas experiencias en el exterior han sido una fuente inagotable de materia prima para sus libros, en los cuales pretende contar historias del continente americano.

Hoy día, reside en Estados Unidos y cuenta: «cuando me vine a los Estados Unidos, temí perder toda fuente de inspiración (…). Antes pensaba que lejos de mi país me iba a morir como un árbol sin raíces. Ahora creo que mis raíces están en la memoria, más que un lugar determinado»[7].

Antes de salir de su país, Isabel trabajó como periodista durante 15 años, tuvo una columna humorística y, más tarde, en Venezuela, hizo televisión, escribió crónicas periodísticas, obras de teatro y cuentos infantiles. Esas experiencias marcaron «su vida y su arte», pues «sus cuentos retoman noticias que ella ha visto en periódicos o en la televisión, así como historias que la gente le cuenta o vio en la calle»[8].

Acerca de eso, se puede agregar que «muchas referencias ya habían aparecido en sus novelas, particularmente en 'La casa de los Espíritus', una zaga sobre varias generaciones de una familia chilena inspirada en su vida»[9]. Queda aún más claro en la siguiente cita: «mi tía Teresa, la que se fue convirtiendo en ángel y murió con embriones de alas en los hombros»[10], y se compara con el personaje de Clarisa: «con los hombros alzados como dos suaves jorobas» y «esa noche murió Clarisa sin angustia. De cáncer, diagnosticó el médico al ver sus capullos de alas»[11].

Otro rasgo importante de sus obras es la importancia que ella da a la mujer latinoamericana. Por experiencia propia, afirma: «i hubiese nacido hombre, a los 19 años habría publicado mi primer libro de poemas, habría sido criticada en varias publicaciones de eruditos y hoy sería un caballero de las letras (…). Siendo mujer, me demoré 40 años en decirme a mí misma que algo que escribiera podría ser importante para alguien», eso, debido a la sociedad machista y patriarcal en la que vivimos[12].

Cuando escribió su primera novela y fue comparada con Gabriel García Márquez se sintió halagada, pero hoy le molesta: «al principio me sentía tremendamente halagada; pero después de diez años y cinco libros, cuando se insiste en eso me da mucha rabia. Pienso que quizás sea el hecho de que nunca se le reconoce originalidad a una mujer. Siempre buscan modelos y profesores que son machos»[13], «hay una conspiración en torno a la mujer para que no sea creativa, para que no se exprese, para que no saque so voz»[14].

Hoy por hoy, nos damos cuenta de que esta magnífica expositora de la literatura latinoamericana está cumpliendo su propósito de retratar nuestra realidad tal cual es. Con su salto a la fama, muchas mujeres también se atreverán a escribir y, con ellas, derribaremos las barreras de los prejuicios.

Recientemente, la autora mexicana Celia Correas publicó la biografía Isabel Allende: vida y espíritu.

 

 

Sus Obras

 

Año

Obra

1982

La casa de los espíritus

1986

De amor y de sombras

1988

Eva Luna

1990

Cuentos de Eva Luna

1992

El plan infinito

1994

Paula

1997

Afrodita

1998

La hija de la fortuna


Clarisa

 

Clarisa es la historia del personaje homónimo, narrada por Eva Luna. Clarisa es una mujer devota y luchadora que persigue sus deseos hasta concretarlos. Quiere ayudar al prójimo aunque resulta «difícil encontrar pobres más pobres que ella». El aspecto narrativo del cuento permite entrever este y otros problemas que viven la protagonista y sus allegados, como, por ejemplo, la relación con su esposo, el cual vive encerrado en un cuarto aparte y, con el cual, la única comunicación que mantiene es por medio de golpes en la puerta. Un matrimonio sin amor, fruto de su conformidad y de la imposición de sus padres.

El aislamiento del marido pone de manifiesto la falta de amor que siente por ella y por sus retrasados hijos. Cómo Clarisa sobrelleva, durante tantos años, semejante situación es una muestra de su fortaleza y de la cobardía del marido, quien no afronta su realidad.

Otra virtud importante se ve cuando, una noche, Clarisa es abordada por un ladrón en su propia casa. Ella, muy tranquilamente, pese a estar indefensa, se enfrenta al asaltante con una valentía admirable y también comprensión al decirle: «no, esto no es un robo. Yo no te voy a dejar que cometas un pecado. Te voy a dar algo de dinero por mi voluntad. No me lo estás quitando, te lo estoy dando, ¿está claro?» y, seguidamente, lo invita a tomar té, y a que le cuente el porqué de su proceder.

Su ímpetu dadivoso y su carácter fuerte y decidido son la razón de cómo consigue «de los jesuitas becas para niños ateos, de la Acción de Damas Católicas ropa usada para las prostitutas de su barrio, del Instituto Alemán instrumentos de música para un coro hebreo, de los dueños de viñas fondos para los alcohólicos». Esa ayuda y otra son producto de su amistad con el diputado Diego Cienfuegos. Con el paso del tiempo, surge entre ambos una relación simbiótica, de cuya pasión nacen los dos hijos menores de ella.

Clarisa no se adapta a los cambios, así pues, cuando llega el papa de visita y los homosexuales salen a su encuentro vestidos de monjas, Clarisa anuncia que su fin se acerca. Eva, siempre a su lado, la acompaña en sus últimos días, dándole valor para enfrentarse a su última prueba y obsequiándole todo su cariño. Su marido ni siquiera se inmuta. Sus hijos la acompañan, alistan todo lo necesario y ayudan a recibir a todas las visitas, que llegan desde muy lejos para despedirse efusivamente de Clarisa: el asaltante, la Señora, Diego Cienfuegos y toda la muchedumbre que la conocía y la consideraba una santa. Después de despedirse de todos y cada uno de los que han sido parte importante de su vida, Clarisa muere.

Es importante decir que el cuento no está situado en un lugar específico ni sus personajes son oriundos de un lugar en concreto, más bien es el reflejo de toda la población latinoamericana, estilo propio de la autora, la cual se esmera en describir historias de nuestro continente.


Conclusión

 

Se ha escogido La sequía como el cuento que más vigencia tiene actualmente porque, a pesar de que hoy existen innumerables medios de comunicación, las personas que más cerca están unas de otras son las que menos se intercomunican. Los propios medios de comunicación hacen que las personas se encuentren ensimismadas. Las costumbres de comunicación que existían no hace más de 30 años se han ido perdiendo. Hoy se dispone de medios que permiten comunicarse a miles de kilómetros, pero que atentan contra la comunicación cara a cara. Eso ha afectado a la relación entre los esposos, ya que una buena relación matrimonial se basa fundamentalmente en una comunicación constante. Las consecuencias de esa falta de comunicación se reflejan en las estadísticas de divorcio, las cuales son contundentes: 60 matrimonios de cada 100 se disuelven.

La falta de comunicación hace que cada vez nos alejemos más de nuestros seres queridos y que, cuando intentamos salvar una relación pueda ser demasiado tarde.


Bibliografía

 

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Camacho, J. A. (1982), El estilo en los cuentos de Salazar Herrera, San José (Costa Rica): Editorial Universitaria Centroamericana: 11-29, 51-53.

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Reuters (1998), «La Allende se desnuda», La Nación, suplemento Viva (3 de setiembre): 10.

— (1998), «Detalles de familia», La Nación, suplemento Viva, 17 de diciembre: 12.

Salazar Herrera, C. (1990), Cuentos de Angustias y Paisajes, San José (Costa rica): El Bongo: 107-113.

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(1997), «Agréguele a la vida una pizca de erotismo», Semanario Universidad (10 de octubre): 15.

Vargas, W. (1999), «Diálogos con la espiritista», Semanario Universidad, suplemento Los Libros (febrero): 6.

 

Índice

 

Características del Cuento Literario. 9

Los tres estratos de la estructura del cuento literario. 9

El cuento y el realismo en Costa Rica: Carlos Salazar Herrera. 10

La sequía. 12

Estructura y personajes. 12

Estructura interna. 12

Temas abarcados. 12

Jorge Luis Borges. 13

Premios y galardones importantes. 13

Características de su obra. 13

La casa de Asterión. 15

Estructura. 15

Personajes. 16

Características del cuento. 16

Temáticas. 16

Isabel Allende. 17

Sus Obras. 18

Clarisa. 19

Conclusión. 20

Bibliografía. 21


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La presente obra literaria se terminó de

imprimir en el mes de mayo de 2017,

en Talleres Gráficos Universidad,

Rodrigo Facio Brenes, Montes

de Oca, San José, Costa

Rica. Esta primera tirada

consta de veinticinco

ejemplares sobre

papel malinche

especial.


Como muestra de mi labor como correctora y editora literaria, he descargado, corregido y editado para impresión el contenido de la página https://www.monografias.com/trabajos/cuentolatam/cuentolatam.shtml



[1] J.A. Camacho, 1982: 23.

[2]Ibíd.: 28.

[3] C. Salazar, 1990: 111.

[4]Ibíd.: 109.

[5] Aleph: primera letra del alfabeto hebreo, la única que el pueblo escuchó de Dios. Es el símbolo de la voluntad y del universo para los judíos místicos.

[6] La Nación, «Allende se desnuda», 3 de setiembre de 1998.

[7] Semanario Universidad, suplemento Los Libros, «A las mujeres nos crían en la ley del silencio», 14 de setiembre de 1990.

[8] Semanario Universidad, «Siempre quise ser hombre», 10 de enero de 1992.

[9] La Nación, suplemento Viva, «Detalles de Familia», 17 de diciembre de 1998.

[10] Semanario Universidad, «Agréguele a la vida una pizca de erotismo», 10 de octubre de 1997.

[11] Allende, I, Cuentos de Eva luna: 37-50.

[12] Semanario Universidad, “Siempre quise ser hombre”, 10 de enero de 1992.

[13] Ibíd.

[14] Semanario Universidad, suplemento Los Libros, «A las mujeres nos crían en la ley del silencio», 14 de setiembre de 1990.